Además de ser el refugio de aspirantes a convertirse en el siguiente Jackass (o una entrada en los Premios Darwin), YouTube, la popular plataforma de vídeo streaming, se ha convertido en el escaparate de algunas de las venganzas más cruentas de la historia. El Times se ha tomado la molestia de rastrearlas por nosotros, y te las mostramos por si alguna vez necesitas de ese plato que se come frío llamado venganza 2.0.
1. United rompe las guitarras
Los hechos: Dave Carroll, un popular cantante country, realizó un vuelo con United Airlaines de Halifax a Nebraska (EE. UU.), y cuando recogió su equipaje descubrió que su amada guitarra (una Taylor de seis cuerdas valuada en 3.500 dólares) había sido dañada en algún punto del viaje. Indignado, hizo una reclamación, y la respuesta de la empleado de atención al cliente fue que United no hacía responsable por los daños. De hecho, la ahora famosa señorita Irlweg sólo dijo “No”.
Carroll, sin perder la calma, le dijo: “Muy bien. En ese caso voy a componer tres canciones criticando el trato de su compalía, voy a grabar unos vídeos con ellas, y los voy a poner online”. No se sabe que fue lo que la señorita Irlweg opinó al respecto, pero parece no haberle dado importancia a la amenaza del cantante.
La venganza: Dave Carrol no tuvo que cumplir su promesa. De hecho, sólo basto con que compusiera uno de los tres temas, grabara el vide y lo subiera a YouTube para que su particular vendetta digital diera frutos,
El resultado: la canción “United break guitars” se convirtió en un hit en iTunes y su vídeo en YouTube recibió más de tres millones y medio de visitas. La mala publicidad hizo tambalear las acciones de United, que perdieron un 10% de su valor en Bolsa, lo que significó para sus inversores una pérdida de 180 millones de dólares. Para compensar la mala prensa, la aerolínea donó el costo de la guitarra de Caroll (quien se negó a aceptar el dinero) al Thelonious Monk Institute of Jazz.
Las pérdidas en Bolsa de la compañía habrían comprado 51.000 guitarras Taylor de seis cuerdas.
Fuente The Times
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