Mientras la familia de Michael Jackson solicita una segunda autopsia, la ley investiga al médico que realizó la primera y se revisa una y otra vez la cinta de la llamada de auxilio realizada por un asistente del trágico Peter Pan del soul, el presidente mexicano, Felipe Calderón, ha sorprendido a propios y extraños revelando la causa de la muerte de Michael Jackson.
En una ceremonia oficial, a propósito del Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, rodeado de su gabinete (que incluye al Secretario de Salud, José Ángel Córdova, quien durante el brote epidémico en México señaló a las corbatas como peligrosa vía de infección), el presidente mexicano declaró acerca de Jackson que “se confirme, por ejemplo, que uno de los mayores ídolos de varias generaciones y el mayor vendedor de discos de música de pop, se confirme su muerte se debe precisamente a un uso indebido y excesivo de drogas, en lo que sería la plenitud de su edad”.
A pesar del traspiés en su declaración y su extraño hilo de ideas, Calderón se lanzó a fondo: “Al final de cuentas esta muerte dramática, trágica de alguien que teniéndolo todo: fama y dinero, fue a final de cuentas incapaz de sobrevivir a la muerte, que está encerrada precisamente en las adicciones”.
Unos minutos después, indicó que la causa de las adicciones en su país es la falta de fe: “Los jóvenes se drogan porque no creen en Dios”.
En un país donde cada día mueren un promedio de 22 personas a causa del narcotráfico (la tercera parte de ellas menores de edad), crear un trinomio drogas+jóvenes+ateismo sólo desvía la vista de las verdaderas causas del problema (la terrible desigualdad social mexicana donde más del 40% de la población vive bajo la línea de la pobreza). Añadir a esto a Michael Jackson…
Esperamos que el FBI haya tomado nota e investigue al autobús ateo.
Fuentes La Jornada ADN Sureste
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